22/1/09

Notas del alma


Y mis manos volvieron a acariciar aquello que se mantenía oculto. Sentí las cuerdas y mi cuerpo reaccionó a la melodía.
Rocé un arco que dibujaba notas al vacío.
Mis piernas se volvieron madera, mi cuerpo piedra, mis brazos pluma y mi alma se volvió música.
Hice del vacío de la noche una amarga sinfonía. Cada nota era una lágrima, cada vibración era un sollozo, la canción era un llanto.
La espalda erguida, los brazos firmes y relajados a la par, la vista al horizonte y mi "yo" dentro de un violín. Recordé al fin las lecciones de un viejo sabio, "La música eleva el espíritu y aún con los pies en la tierra puedes viajar hasta donde tú desees ir".
Me quité los zapatos y salí al jardín. El frío era terrible. Mis pies se movían por un césped sereno. La humedad quebró mi llanto. Me arrodillé y como antaño dejé que la pena volara lejos. Toqué durante horas. Aún se dibujan notas en mi cabeza.
Anoche volé hasta ti. Mi canción eras tú.

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