22/4/10

Paz


Y amanecí de nuevo con el pánico en el cuerpo. Alargué mi brazo hasta alcanzar el despertador para silenciarlo. Era sábado, pero la noche anterior había olvidado desconectarlo.
No quería despertarte para poder continuar con mi ritual matutino: girarme y contemplar cómo poco a poco vas saliendo del sueño; como regresas junto a mi.
Entonces el miedo volvió. Me giré lentamente. Fuera como fuese deseaba que estuvieras ahí; que no te hubieses marchado. Paz. Estás aquí.
Ha pasado el tiempo. Debería ir acostumbrándome, pero aún me impacta verte cada mañana; que sigas a mi lado; tranquilos, en paz.
Y estaba metida en mi absurdo pensamiento. Soñando y viviendo un momento infinito cuando despertaste.
- Te quiero.
Y todo desapareció tras tu voz. Y la felicidad del vacío, de la ausencia de pena me abrazó. Paz.