28/6/09

Las cosas pequeñas


¿Qué pienso de ti? Difícil pregunta. Fácil decir qué pensaba. Lo complicado viene ahora cuando siento que me nublas los sentidos, que dominas mi razón.
Si tuviera que describirme seguramente diría que soy una enamorada de las cosas pequeñas, de los detalles en los que nadie se fija. Tú estás hecho de pequeños detalles.
A veces siento que nací en el momento y en el lugar equivocado. Cuando hablo siento que debo dar explicaciones de todo lo que digo porque a los ojos del resto no hablamos en el mismo idioma. Contigo todo fluye. No hace falta forzar nada porque tengo la seguridad de que todo llegará. Contigo siento que estoy llena a la vez que vacía. Llena porque me hace feliz el simple hecho de verte, de sentirte cerca; de sentirme estúpida al verme por un segundo reflejada tratando de registrar tu olor en lo más profundo de mi ser para no extrañarte tanto cuando no estás. Feliz porque me haces sentir y tenía miedo de haber olvidado cómo se hacía. Porque descubro que no soy tan fría, tan despegada como me hicieron creer que era.
A la vez me siento vacía, no temas. Quizás no sea la palabra adecuada pero es que no encuentro otra mejor que defina cómo me siento. Vacía porque contigo siento que puedo ser yo, que no tengo motivos para ocultar nada, para omitir, que no necesito dejar en reserva una parte de mí por miedo a que no me quieras. Siento que no se trata de aceptarlo, que es algo que sale natural porque tú eres exactamente igual.
Me das la seguridad que tanto necesito. La seguridad de que no volveré a "andar coja", con la convicción de que falta algo porque ahora tengo lo que me faltaba. Me faltabas tú. Porque no tengo miedo de mostrarme frágil. Porque sé que no tratarás de romperme y si otros lo hacen sé que estarás ahí para ayudarme a armar el puzzle del que estoy hecha.
Siento que el tiempo ya no camina, ahora vuela. Tengo tanto que contarte que se me enreda la lengua tratando de batir mi record de palabras por minuto. Debo agradecerte algo y es que contigo mi dicción mejora a pasos agigantados.
Olvidaba lo lindo que es despertarse sabiendo que hay alguien que está ahí para ti. Porque es lindo entregarse sin miedo a lo que vaya a ocurrir luego.
Porque hay cosas que me encantan y me asustan a la par. Porque tengo miedo de que compartir gustos y aficiones, un sentido del humor un tanto extraño, una sensibilidad que no se ve, pero que cuando asoma se hace notar y mucho, y en definitiva miedo de parecernos tanto. Sin embargo, que bien sienta no tener que hacer algo que no apetece por complacer al otro; el pensar lo mismo al mismo tiempo; el volverse parcos en palabras porque sobran.
Igual que sobra decir que, a pesar de ser partidaria del movimiento hippie, el 27 es un día de puta madre.

21/6/09

Luz cegadora


¿Qué ocurre? Algo se remueve dentro de mi, ¿siento?, ¿deseo? A cada rato me descubro soñando despierta; imaginando lugares, situaciones de película donde el protagonista es quien yo menos esperaba.

No entiendo porque nos empeñamos en creer que somos dueños de nuestra vida, hacedores de nuestro futuro, si al final, por mucho que hagamos, el destino nos tiene unas cartas definidas de antemano. Soy dueña de un futuro incierto.

Si hace relativamente poco tiempo hubiera visto mi vida, mi día a día, mi hoy, hubiese reído a carcajadas. Esto es lo menos que esperaba.

Tal y como alguien me dijo una vez "no se busca, viene sólo". Yo tampoco te buscaba.

Ahora cambio el cartel que colgaba de mi puerta. Ya no pone "Cerrado", ahora se lee "Pasa sin llamar".

16/6/09

Muñeca Rota


Ha pasado el tiempo. Poco a poco mi gran obstáculo ha ido desapareciendo. Ya no me duelen tus palabras, ya no me duelen tus silencios. Tus reproches y tus mentiras ya no tienen el mismo efecto. Ahora ya no puedes controlarme.
Comienzo a recordar aquello que me hacía feliz. Aún me cuesta distinguir lo que me gusta de lo que te agrada a ti.
En mis planes aún visito lugares comunes. Nuestras amistades siguen siendo las mismas y aunque todo sigue recordándome a ti, tu recuerdo ya no me hace daño.
Las cosas han cambiado y por primera vez en mucho tiempo creo que tengo las cartas a mi favor. Ya no me siento culpable de no quererte. Ya me cansé de ser una maniquí diseñada para ser presentada a amigos y familiares. Te quedaste sin marioneta, sin muñeca rota.
Llevo tiempo rompiendo los nudos que ataban mis alas.
Me cansé de ser una mariposa enjaulada.