23/1/09

Oscuridad


Y por un momento pensé que todo había pasado. Mis mejillas se tornaron del rosa habitual, mi cuerpo recobró toda la energía que llevaba días desechando por donde quiera que fuese.
Creí que podíamos retomar aquello que parecía pausado y ahora entiendo que de tu parte estaba muerto.
Ví una luz donde sólo había oscuridad. No había nada, pero yo lo vi todo. No esperaba nada, pero sin saberlo lo esperaba todo.
Contigo no existen límites. No puedo limitarme; no puedo amarte menos, no puedo adorarte menos, no puedo desearte menos, no puedo extrañarte menos, no puedo...
No espero disculpas ni lamentaciones. No quiero perdonarte y tampoco quiero que tú me perdones. Lo que deseo es volver a despertar cada día sabiendo que de algún modo yo soy tan tuya como tú mío.
Sin ti no puedo, no quiero. No sé como ser yo sin ti. Me haces falta...

22/1/09

Notas del alma


Y mis manos volvieron a acariciar aquello que se mantenía oculto. Sentí las cuerdas y mi cuerpo reaccionó a la melodía.
Rocé un arco que dibujaba notas al vacío.
Mis piernas se volvieron madera, mi cuerpo piedra, mis brazos pluma y mi alma se volvió música.
Hice del vacío de la noche una amarga sinfonía. Cada nota era una lágrima, cada vibración era un sollozo, la canción era un llanto.
La espalda erguida, los brazos firmes y relajados a la par, la vista al horizonte y mi "yo" dentro de un violín. Recordé al fin las lecciones de un viejo sabio, "La música eleva el espíritu y aún con los pies en la tierra puedes viajar hasta donde tú desees ir".
Me quité los zapatos y salí al jardín. El frío era terrible. Mis pies se movían por un césped sereno. La humedad quebró mi llanto. Me arrodillé y como antaño dejé que la pena volara lejos. Toqué durante horas. Aún se dibujan notas en mi cabeza.
Anoche volé hasta ti. Mi canción eras tú.

Alma rota

Ni en mis peores pesadillas pudo ser peor. Nunca pensé que fuera a pasar lo que ha ocurrido, jamás.
Me siento como si después de pasar años aprendiendo a patinar, levantándome caída tras caída, y viendo cómo cada vez me caía menos hasta el punto de pasar más de dos años sin un solo tropiezo, me hubiera dado el golpe definitivo.
Hoy soy sólo cuerpo, pues mi alma está rota.
De repente veo que esta historia solamente la he vivido yo. Como un narrador que cuenta una historia donde el único personaje, sin saberlo, es él.
¿Qué falló? Entregué hasta lo que no tenía. Aprendí a moderarme, a tolerar lo intolerable; recibí siempre con amor hasta el más mínimo gesto de aprobación. Se agotó todo aquello que podía ofrecer y sin darse apenas cuenta dejó de querer aquello que antes adoraba. No fui yo.
¿Me equivoqué? Durante un tiempo creí haber dado con alguien especial. Alguien que sin saberlo era completamente diferente al resto. La diferencia me volvía loca.
No era así. Sólo a mis ojos lo era. La gente se preguntaba qué era lo que me hacía adicta a él. Yo me limitaba a encogerme de hombros y respondía "Es Él".
Pero, ¿era él? Esa será la pregunta sin respuesta que me perseguirá día tras día ¿hasta cuando? No lo sé.
No tuve tiempo, ni espacio, ni posibilidad de comprobarlo. Sintiéndolo cerca, él seguía estando lejos, muy lejos.
Se acabó. Me pregunto cómo con sólo dos palabras se pueden romper tantos lazos, lazos de amistad, de cariño, de respeto, de confianza, de aprecio, de amor.
Hoy veo un mundo que hace tiempo no conseguía ver. Es demasiado grande para alguien como yo.
¿Qué hacer? Trato de elevarme, de levantar el vuelo, pero hoy no puedo. Mis alas están rotas; mis sueños están rotos; mi alma está rota.

Delirium Tremens - Etapa XV - Final


Etapa XV: ¿Todo lo bueno acaba?

Aún no he muerto para descubrir cómo termina este nivel, pero si he vivido lo suficiente como para saber que el amor es infinito, que nunca acaba.
Entonces, te vuelvo a preguntar ¿por qué se separan las parejas? Y ahora, después de todo, te daré mi humilde opinión que en absoluto tiene porqué ser cierta, simplemente es lo que se cruza por mi mente después de todo. Considero que:
El amor no se acaba. Es posible amar como el primer día hasta el último de ellos. ¿El error? Nos tapamos nuestros ojos demasiado fuerte, y cuando queremos darnos cuenta ya hemos olvidado el motivo por el cual estamos con él/ella y olvidas lo hermosa que es su sonrisa, y lo mucho que expresan sus ojos, lo bien que habla, lo simpático/a que es, el respeto que te tiene... lo olvidas todo.
Porque cuando abrimos los ojos nos damos cuenta de que ya no quedan más escalones, más niveles, y tienes entonces dos opciones.
La primera es dejarte caer, olvidar lo que pasó y dejar que la otra persona encuentre otra escalera.
La segunda opción, poco frecuente en seres tontos, cobardes y egoístas como nosotros, es aprender a construir un nuevo escalón detrás de otro, y hacer de la escalera, así como del amor, algo infinito, algo que nunca acaba.




Delirium Tremens - Etapas XI, XII, XIII, XIV

Etapa XI: Declaración de independencia: Libertad, respiremos

De vuelta a la oscuridad. Nos encontramos ante el nivel once.
Somos tan buenas personas, tan generosas, tan amables que consideramos que no estamos hechos para vivir en un mundo tan cruel, tan oscuro, y tan superficial como éste.
No encuentras una sola razón con la que explicar porqué el mundo te trata tan mal. Así, entiendes que no puedes dominar el mundo, pero si tu vida y cargados de ideales que sacamos de los recuerdos de declaraciones de independencia, de libertad, igualdad y fraternidad que rondan desde hace mucho por nuestras mentes, declaramos que solamente nosotros gobernamos en nuestra vida y decidimos que nadie, absolutamente nadie, va a dirigir nuestro camino.
En este contexto, tu pareja se convierte en tu mayor enemigo. Nadie va a privarte de tu libertad y él/ella se empeña en conducir tu vida; se enfada si no haces caso, si rompes planes hechos con él/ella previamente sólo porque ahora tienes un plan mejor o simplemente porque en este preciso instante no te da la gana de hacerlo.
Hablando de historia, de dichos y refranes, en esos momentos podríamos recordar aquella frase tan usada que dice algo así como:"No hagas a los demás aquello que no deseas que te hagan a ti".
Pero, ¿sabes qué? No pensamos en eso, y ¿sabes por qué? Porque el ser humano, además de tonto y cobarde, también es egoísta y egocéntrico por naturaleza.

Etapa XII: Compartir nuestra amargura

Estoy segura de que a todos nos han dicho alguna vez la famosa y maldita frase: Tenemos que hablar...y/o sus derivadas. Mal presagio: sufrimiento, abandono y desesperación.
Hasta ese preciso momento no somos conscientes de la gravedad del asunto y llega el nivel doce: el arrepentimiento.
Nos damos cuenta entonces de la cantidad de veces que le hemos fallado, de las cosas que podríamos haber hecho mejor, de los malos momentos que podríamos haber evitado. En ese instante te das cuenta de lo importante que es ese otro ser para ti. Aún le amamos.


Etapa XIII: Volviendo al amor.


De repente te das cuenta de que no estabas en un cuarto a oscuras, sino que tu mismo/a te estabas tapando los ojos con el desánimo y la desgana. De repente ves a tu pareja y él/ella sigue brillando como el primer día.
Ha madurado y yo también lo he hecho, pero la esencia sigue siendo la misma.
Es la hora de empezar de cero, de dejar los reproches a un lado, al igual que esa especie de odio que te lleva a considerar en algunos momentos tu relación como un campo de batalla.
Qué bien hace al ser humano la expresión: Haz el amor y no la guerra.

Etapa XIV: Círculo vicioso.

Quieres volver a pasear una y otra vez por los mismos lugares que tanto conoces, ir de nuevo al cine hasta agotar la cartelera, comer en tantos restaurantes que terminemos aprendiendo el menú como antes, quieres que tus conversaciones se tornen repetitivas de tanto hablar, reír y discutir con él/ella, quieres que tus fotos vuelvan a reflejar los paisajes; y sobre todo, lo más importante, quieres que tus fotos vuelvan a reflejar la misma felicidad que reflejaban entonces.
Nivel catorce: El hombre sí tropieza dos veces con la misma piedra.

Delirium Tremens - Etapas VIII, IX y X


Etapa VIII: Mea Culpa

Le has dado tantas vueltas al hecho de dejar a tu pareja, de pensar en otros, de confiar en un futuro mejor que has comenzado a dejar de lado a tu pareja. Pasas de estar siete días a la semana a cinco, luego cuatro y finalmente, con suerte, le verás los fines de semana. No obstante, no te culpas por ello; crees que necesitamos más espacio y más tiempo para nosotros mismos, pero en el fondo sabemos, en nuestro inconsciente quizá, que es culpa nuestra; que no queremos prestarles más atención, que somos nosotros quienes no queremos pasar más tiempo juntos.
Cuando asumas que tú también tienes parte de culpa en el deterioro de la relación habrás superado el nivel ocho.

Etapa IX: Nacemos, crecemos, nos reproducimos y discutimos

Empezamos a discutir por tonterías. Cosas absurdas como, por ejemplo: decidir a dónde ir, dónde dormiremos hoy, por cómo hablamos del otro con nuestros amigos, porque creemos que ahora mira a otros/as con deseo, porque ahora le sientes frío/a y distante, porque ya no te besa, ni te abraza, ni te mira, ni te trata con el mismo amor que antes; porque ahora el resto si es necesario y sientes que tu pareja no se interesa por tu familia, por tus amigos, por tus estudios, por tu trabajo, por tus intereses y en general por tu felicidad.
¡Oh! Que desgraciados somos. Nuestra pareja ya no nos ama como antes. No se sacrifica por nosotros. STOP: el victimismo es para débiles. Piénsalo: puede que la razón por la que la relación se esté enfriando sea que tu pareja se sienta igual que tú. Puede que él/ella también considere que tú tampoco le besas, le abrazas, le miras ni le tratas con el amor de antaño. Puede que tú tampoco te estés sacrificando lo suficiente por la relación.
¿Estás de acuerdo con lo que he escrito? Pues plantéate porque hablamos de sacrificio, una palabra tan fea y forzada, cuando estamos hablando de un acto tan bondadoso como lo es el amor.

Etapa X: Remordimientos

Entre lo oscuro de esta situación hay momentos en los que aparece una luz que nos ciega, que nos da de lleno en la consciencia. Hablo de esos momentos en los que nuestra pareja, clara muestra de su comprensión y de cariño-amor por nosotros, se muestra, a pesar de todo, tal y como es, como cuando le conocimos. Esos momentos revuelven nuestra consciencia.
Nos duele ser tan crueles a veces, tan malos a ratos y tan egoístas siempre.
Si el ser humano gozara de unas cuantas neuronas más podría aprovechar esos momentos de claridad para entender que su pareja sigue siendo la misma persona, que nada ha cambiado, que, como se suele decir, donde hubo siempre queda, en mayor o menor medida, pero queda.
Si fuéramos capaces de ver esto no nos sentiríamos tan desdichados al ver la indiferencia con la que nos golpea a veces nuestra pareja. Y como conclusión podríamos decir que si viviésemos menos momentos de desdicha, ese rayo de luz entre la oscuridad se abriría cada vez más y nos permitiría ver que, en realidad, ese cuarto oscuro en el que tan solos nos sentimos se encuentra, por el contrario, amueblado con respeto, cariño y amor.

19/1/09

Delirium Tremens. Etapas IV, V, VI y VII


Etapa IV: ¿Repetimos? ¿Qué hacer ahora?

Aparece ante nosotros el cuarto nivel. Nos queremos, nos gusta estar juntos, nos gusta hablar, nos gusta su compañía, pero...¿Qué hacemos ahora? Ya hemos paseado por todos los sitios que conocemos, hemos ido una y otra vez al cine hasta agotar las películas que hay en cartelera; hemos desayunado, almorzado y cenado en mil y un restaurantes hasta aprendernos de memoria el menú; hemos ido a la playa y a la montaña, a la ciudad y al campo; hemos hablado, reído y discutido hasta la saciedad; nuestras conversaciones se tornan repetitivas; nuestras fotos comienzan a reflejar los mismos paisajes... ¿qué hacer ahora?¿será que no somos tan maravillosos como en un principio creímos ser y hemos pasado todo este tiempo engañándonos?¿será que ya no nos amamos como antes?¿qué hacer?

Etapa V: El ser humano es tonto por naturaleza.

!Obvio que le sigues amando! ¿Por qué sino te harías esas preguntas tan absurdas? Acabas de ascender al quinto nivel. Al igual que antes le dabas paso al amor, ahora debes dar paso a a rutina y a la vida en pareja.
Las cosas han de cambiar. Deben cambiar nos guste o no, pero el ser humano, que es tonto por naturaleza, siempre asume que los cambios son a peor y, como ya sabemos, aunque cueste asumirlo, siempre terminamos creyendo aquello que deseamos creer.

Etapa VI: ¿Lo predecible es bueno o malo?

El sexto escalón. Con el tiempo empiezas a conocer sus puntos débiles, sus manías y llegas incluso a predecir lo que va a pensar, decir o hacer en incontables ocasiones. Cuando estás en plena relación esto será para el ser humano una muestra de que algo va mal: lo predecible lleva al aburrimiento diremos.
No somos capaces de meditar este asunto desde un punto de vista más imparcial y pensar, por ejemplo, que esto es una muestra de que comenzamos a conocer a nuestra pareja y el conocimiento da lugar a la confianza y la confianza es la base de cualquier relación personal.
No somos capaces de pensar en algo positivo cuando el temor a que algo se rompa o se haga común en nuestras vidas se presenta ante nosotros.
El ser humano además de tonto es cobarde por naturaleza.
La cobardía como cualidad innata en el hombre - sería un título de novela interesante, creo yo -.

Etapa VII: Dudando, dudando...

Bienvenidos al séptimo nivel. Momento delicado para las relaciones amorosas.
Empieza a rondar por tu mente la idea de romper con tu pareja. Quizá estemos mejor separados. Quizá esté mejor con otra persona. Crees que serás capaz de encontrar a otro/a que te haga sentir aquello que sentías cuando empezó la relación con tu pareja.
Te corroe la culpa por pensar en otros/as cuando aún estás comprometido con alguien, pero igual sigues creyendo que con otra persona las conversaciones serán más interesantes, que el sexo también será mejor, que reirás más con otro/a que con tu actual pareja y un largo etcétera de supuestos que nos hacen olvidar el porqué estamos con nuestra pareja y no con otro/a.

18/1/09

Delirium Tremens - Etapas I, II y III

Etapa I: Hasta que la muerte nos separe.

Los primeros días, las primeras semanas, los primeros meses, el primer año. Esta etapa se corresponde con el momento en el que esos dos individuos deciden dar un paso más allá. Desean pasar de esa sensación de felicidad-angustia que provoca querer a alguien y no tenerlo.
Una vez superado el primer obstáculo: saber que la física, la química y el romanticismo (vamos a llamarlo FQR) están presentes y de nuestro lado, aparece ante nosotros el primer nivel: las confesiones y declaraciones de amor.
Bajo mi punto de vista, este es el único momento en el que el ser humano es totalmente libre y sincero. Abrimos las compuertas del corazón para que esa otra persona descubra lo que hay dentro, lo bueno y lo malo.
Sin embargo, fruto del laborioso trabajo del FQR, la otra persona decide explorar qué hay detrás de cada compuerta descubre, impresionada, que se encuentra ante un ser maravilloso y comienza a cuestionar cómo es posible que haya pasado tanto tiempo ante un ser tan perfecto sin darse cuenta antes.
Abre tus compuertas porque en ese preciso instante estás dándole la bienvenida al amor.

Etapa II: Exaltación del amor: subiendo el ego.

Momento feliz, momento peligroso. Como casi todo en esta vida, el amor tiene su lado bueno y su lado malo. Lo bueno: nos hace tan felices... Lo malo: nos hace tan desgraciados...
La felicidad en el amor reside en los pequeños detalles. Eres tan feliz por el simple hecho de conocerle, de hablarle, de verle. Todo es maravilloso. Te das cuenta de la hermosa sonrisa que tiene, de lo mucho que expresan sus ojos, de lo bien que habla, de lo simpático/a que es, de su sinceridad, del respeto que tiene hacia tu persona... son tantos los detalles buenos que irremediablemente conducen al lado oscuro, a lo peligroso.
Tú, que por alguna inexplicable razón estás leyendo esto, te preguntarás qué tiene de oscuro y peligroso un momento tan feliz como este.
Lo peligroso del amor es la infravaloración de nuestra propia persona. De repente, una vez que has cesado en la exaltación de tus sentimientos, empiezas a cuestionar aspectos que misteriosamente aparecen en tu mente sin razón aparente: ¿por qué un ser tan perfecto, tan maravilloso, tan increíble está con alguien como yo?¿qué habrá visto de bueno en alguien tan mediocre como yo? ERROR. Nunca te preguntes esto. Piensa. Medita.
El amor es siempre correspondido. El resto es obsesión.
Si tuviéramos claro esto, los celos y la desconfianza, así como el afán de posesión sobre esa persona no existirían. Esa otra persona ha elegido libremente abrir, al igual que tú, sus compuertas para que explores en ellas.
Algo bueno has de tener tú también. Acabas de pasar por el segundo nivel.

Etapa III: ¿Gente?¿Sociedad? El resto no existe entre nosotros.

Una vez superado el segundo escalón, queda atrás la desconfianza y comprendes que esa persona quiere estar contigo tanto como tú con él/ella, descubres que no necesitas nada más en este mundo porque con amar es suficiente: ¿Estar con la familia, con los amigos, con los conocidos y futuros por conocer?¿dormir, comer, estudiar, trabajar, respirar? Aspectos banales que pueden esperar a que termines de pensar/estar con tu pareja.
El mundo puede esperar.



Delirium Tremens - Intro

En este día en el que mi mente vaga entre la tristeza, la nostalgia, la impotencia y el desánimo he descubierto algo que para muchos supondrá lo que el título indica: los delirios de una desequilibrada mental. Descubrí, sin embargo, que el amor es infinito, nunca acaba.
No obstante, si así fuera, ¿por qué se separan las parejas?
Érase una vez - comienzo original donde los haya - la historia de dos personas cuyas vidas se unieron debido a los siniestros resultados que provocan la física, la química y el romanticismo en los seres humanos.

- Etapa I: Hasta que la muerte nos separe.
- Etapa II: Exaltación del amor: subiendo el ego.
- Etapa III: ¿Gente?¿Sociedad? El resto no existe entre nosotros.
- Etapa IV: ¿Repetimos?¿Qué hacer ahora?
- Etapa V: El ser humano es tonto por naturaleza.
- Etapa VI: ¿Lo predecible es bueno o malo?
- Etapa VII: Dudando, dudando...
- Etapa VIII: Mea Culpa.
- Etapa IX: Nacemos, crecemos, nos reproducimos y discutimos.
- Etapa X: Remordimientos.
- Etapa XI: Declaración de independencia: Libertad, respiremos.
- Etapa XII: Compartir nuestra amargura.
- Etapa XIII: Volviendo al amor.
- Etapa XIV: Círculo vicioso.
- Etapa XV: ¿Todo lo bueno acaba?

14/1/09

Mariposas enjauladas


Mariposas enjauladas…

Te preguntarás del porqué del título de mi blog, mariposas enjauladas. Yo me pregunto exactamente lo mismo.

En la vida nos pasan cosas buenas y cosas no tan buenas. Sin embargo, todo tiene un punto en común y es que tarde o temprano, tanto lo bueno como lo malo, pasa. Al fin, con dos décadas y poco más a mis espaldas, descubrí que hay algo que siempre queda, que no todo pasa, los sueños.

Desde que tengo uso de razón, he asociado el concepto de sueños e ilusiones a las mariposas. Hoy, mis sueños están enjaulados; quieren volar y no pueden.

Puede que la culpa sea mía. Quizás tenga demasiados. Creo firmemente que el ser humano es inconformista, siempre queremos más. Una vez que se cumple aquello que hemos deseado con tanto afán, desearemos otra cosa con más fuerza aún si cabe.

No obstante, aún hoy me queda un sueño inconcluso. Siempre quise ser escritora. No aspiro a publicar nada; no quiero ser alabada por lo que hago (sobre todo porque no es nada especial lo que escribo. De lo más normalito). Aún así siento que tengo algo que compartir.