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Hoy es un día triste. Se han juntado muchas cosas que no tenían porque ocurrir, pero así son las cosas. Aún hoy asocio mi tristeza a la de aquel día. Dentro de dos meses hará un año que mi padre ya no está conmigo.
La enfermedad se presentaba caprichosa y a pesar de la resistencia, eso era lo que debía suceder.
Aún no comprendo cómo mi mente pudo asumir que aquello iba a ocurrir tarde o temprano. Fue un año muy largo y aún me corroe la culpa porque cuando recibí la noticia, a pesar del dolor, pensé que aquello era lo mejor y lo más justo para todos.
Aún cierro los ojos y puedo recordar como si hubiera sido ayer la imagen de ese cuerpo inerte. Aquel no eras tú y aunque trato de olvidarlo, aún recuerdo el dolor en mi pecho y el llanto desconsolado.
Hoy he despertado igual. Me pregunto cómo se sobrelleva un día como este. Duele sentirse vacía. Duele levantarse sabiendo que no puedo verte.
Hola Thayra!
ResponderEliminarEntiendo tu dolor, yo también he pasado por la terrible situación de perder a un ser querido, y en cierto punto es inconcebible, todos los días empezamos a vivirlos como si todavía estuvieran a nuestro lado sólo para caer en la cuenta de que ya se fueron. No sientas culpa, porque creo que siempre es mejor que la vida se termine a tener que vivirla constantemente en el sufrimiento y el dolor que traen aparejadas las enfermedades. A mí siempre me sirvió hacer un recuento de los días felices que viví con esa persona -en mi caso mi abuelito- en los momentos en los que extraño o me siento triste...y simplemente sonrío, porque sé que es lo que él hubiera querido. Los días así se sobrellevan acudiendo a ese espacio en el corazón en el que guardamos a los seres queridos que ya no están pero que nos acompañan día a día con su esencia...
Espero que te sientas mejor.
Muchas gracias por visitar mi blog.
Un abrazo!