24/9/13

Entramado

Hoy me he levantado recordando las palabras de un famoso libro sobre relaciones interpersonales en función del sexo de cada quien, que en un principio nada tenía que ver conmigo, pero terminó arrastrándome como casi siempre ocurre.
En él. generalizaban acerca de las mujeres, diciendo que somos como olas, que tenemos que caer en el pozo de la desolación para luego ver la luz que nos trae de vuelta, y al tiempo yo negaba con la cabeza, pues pensaba que cada quien es como es independientemente de su sexo, pero hoy, realmente, entiendo que para subir, primero hay que bajar,
Una vez en lo más hondo te preguntarás ¿Qué hago yo aquí? y de nuevo vuelta para arriba, al ascenso hasta encontrar el lugar del que nunca deberíamos haber salido; izándome sobre los problemas y males venideros que poco o nada han de importarme.
Me siento libre, me siento yo de nuevo y de nada o nadie necesito para seguir siendo la mujer que ayer fui.
Si las mujeres tenemos el poder de hacer y deshacer aquello que se nos antoja, armaré y desarmaré mil veces el laberinto del que me compongo.
Me sorprende la cantidad de pasilllos, atajos y trampas de las que estoy hecha, y de las que tal vez ni siquiera fuera consciente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario