11/10/09

Fortaleza


Y me encantan esos días en los que aburrida de lo absurdo de mi mundo, me cargo de ideales, de propósitos de esos con los que siempre soñamos aún cuando sabemos que son prácticamente imposibles de llevar a cabo.
Y hoy es uno de esos días en los que creo que todo puede ser diferente para mí si me lo propongo.
Con el tiempo se ha hecho más complicado toparme con uno de estos esperados días. Hago listas interminables de cosas que quiero hacer y de cosas que quiero dejar de hacer y cuando llega el momento del cambio, de empezar a hacer, abro los cajones y me encuentro con mil solicitudes de carreras universitarias diferentes esperando a que me decida, a saber qué quiero ser; otras mil solicitudes de cursos de todo tipo que van desde los idiomas hasta la informática pasando por la administración, sin olvidar la cocina; y mil nóminas que reflejan mil meses perdidos en un trabajo que no me procura más satisfacción que el coleccionar un poco más de dinero a final de mes.
Cierro los cajones asustada por el paso de mil días como este en los que deseé y nunca hice nada. Pienso que esta vez será diferente y para dentro sé que las otras mil también fueron diferentes.
Y aunque supongo que de este día sólo sacaré en claro otros mil folios que reflejan un futuro que no es para mí, no cambio por nada la sensación de satisfacción que provoca saber que aún espero más de mí.

1 comentario:

  1. "no cambio por nada la sensación de satisfacción que provoca saber que aún espero más de mí. "

    Con estas ultimas palabras me mataste, nunca había pensado de esa forma, sobre los días en que uno se despierta con esos ánimos. Ja! me haz dado un nuevo significado para esos momentos en que los ideales y los sueños predominan sobre mi.

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